Una fuente de luz hecha con Grafeno
abre el camino para el Chip Fotónico
Científicos estadounidenses y coreanos lograron crear una "lámpara" con grafeno, de un átomo de espesor; permitirá pantallas más delgadas y el uso de la luz para microprocesadores
Científicos
estadounidenses y coreanos han creado una fuente de luz visible a partir de un filamento
de grafeno tan fino como un átomo, que servirá para mejorar la tecnología
con la que se fabrican las pantallas y los microchips, según publica hoy la
revista Nature Nanotechnology.
El grafeno
es considerado hoy como un material maravilla: una capa de carbono de un átomo
de espesor, excelente conductor de electricidad (muchos lo postulan como el
sucesor del silicio en informática), además de extremadamente resistente,
maleable y transparente.
Investigadores
de la Universidad de Columbia (EEUU) y de la Nacional de Seúl (SNU) han unido
minúsculos filamentos de grafeno a electrodos y han aplicado corriente
eléctrica para elevar su temperatura y emitir luz "de amplio
espectro" (incluyendo luz visible).
Esa nueve
fuente de luz "se puede integrar en microchips y allanará el camino hacia
la fabricación de pantallas finas como un átomo (cuya medida equivale aproximadamente
a una cien millonésima parte de un centímetro), flexibles y
transparentes", señaló Wang Fon-Jen, profesor de Ingeniería Mecánica en
Columbia y coautor del estudio.
El invento
servirá asimismo para avanzar en la fabricación de chips basados en
"comunicaciones ópticas".
"Emitir
luz a través de pequeñas estructuras en la superficie de un microchip es
crucial en el desarrollo de circuitos
integrados 'fotónicos' , que podrán hacer con la luz lo que ahora se hace
con corrientes eléctricas y circuitos integrados de semiconductores", indica la universidad estadounidense en un comunicado.
Los
procesadores fotónicos apuestan a usar la luz como transporte de los datos
dentro de un procesador, gracias a que la luz es, precisamente, el vehículo más
veloz posible. Esto permitiría procesadores más rápidos que los actuales, que
apelan a materiales semiconductores (es decir, que a voluntad pueden dejar
pasar electricidad o no) como el silicio o el germanio. E involucra emitir
pulsos de luz para transmitir los unos y ceros que dan vida a los procesadores.
La ciencia
no ha logrado hasta ahora fabricar microchips ópticos debido a que los
materiales que se utilizan en las lámparas incandescentes tradicionales
requieren elevadas temperaturas, que se transmiten al resto de un circuito
integrado y lo acabarían fundiendo.
El grafeno,
en cambio, es un peor conductor de la temperatura, por lo que el calor queda
concentrado en el filamento y puede alcanzar los miles de grados centígrados
necesarios para emitir luz visible sin afectar a los demás componentes del
chip.
El pasado
marzo, una compañía surgida del Instituto Nacional del Grafeno británico,
anunció que en los próximos meses sacará al mercado la primera bombilla de
consumo doméstico con un filamento recubierto de grafeno.
Este
material, que forma láminas de un átomo de espesor decenas de veces más
resistentes que el acero, fue descubierto en 2004 por los rusos Andre Geim y
Konstantin Novoselov en la Universidad británica de Manchester, lo que les
valió el premio Nobel de Física en 2010.
Agencia EFE.
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